Una pieza insignificante

Francisco es un hombre de unos 40 años. Está en la cafetería de un aeropuerto, sentado junto a un ventanal que permite contemplar el aterrizaje y despegue de los aviones. En la mano tiene un largo y extraño tornillo y juega con él como si se tratase de un avión. Se detiene en cuanto ve que un niño le está observando.

FRANCISCO:  (Al niño) Hola, grandullón. Me llamo Francisco. No es un avión, qué va. Un avión es una máquina muy compleja. Los aviones tienen cientos de piezas como ésta. Qué digo cientos, miles. Y todas necesarias. Los aviones son un prodigio de la técnica. (Volviéndose hacia la ventana) Míralo, mira como despega ese. Bruuuum. (Al avión) Adiós… (Vuelve al tornillo de su mano). Esto no es nada. Es solo una pieza insignificante. Se llama: tornillo de sujeción hidráulica. No lo habías oído nunca, ¿verdad? Me llamo Francisco; puedes llamarme Paco, si quieres. Trabajo aquí. Bueno, trabajaba. He trabajado veintidós años en este aeropuerto. Mecánico de mantenimiento. Todos esos aviones que ves ahí pasan por mis manos y mi trabajo es revisarlos para que sigan volando con normalidad. Bueno, era. No sabías que se hacía eso, ¿verdad? Creías que los aviones volaban y ya está. Pues, no. Hay que comprobarlos después de cada viaje: apretar tuercas, engrasar, revisar niveles… Nadie lo sabe, tranquilo. Nadie lo tiene en cuenta. Nadie lo valora. De eso se trata, supongo, de que nadie piense en ello. No tienen que aplaudirte por hacer bien tu trabajo; sólo respetarte. Te prometo, grandullón, que en estos veintidós años siempre he hecho bien mi trabajo. Muy bien. Hoy he venido a recoger mis cosas. Resulta que ya no me necesitan. Qué te parece. Y eso que soy un mecánico de primera. Según ellos soy prescindible. Reducción de personal. Ni siquiera me cambian por otro. Me enteré ayer mismo. Me dejaron una carta en la taquilla. Ya ves, amigo, soy una pieza insignificante. Como este tornillo. ¿Cómo se llama este tornillo? (Responde él mismo) Tornillo de sujeción hidráulica. A ver, dilo tú: “Tornillo de sujeción hidráulica”. Muy bien. (Volviéndose hacia la ventana) Tornillo de sujeción hidráulica, tornillo de sujeción hidráulica…

Un monólogo rico por su sencillez: profundo, humano y con un gran potencial dramático si se explora la lectura del sabotaje. El monólogo funciona en dos niveles:

  • la versión naturalista (un hombre devastado),
  • la versión ambigua (un hombre devastado que quizá ya cruzó un límite moral).
    Ambas son igual de válidas y brillantes.

Sinopsis

Un mecánico recién despedido reflexiona ante un niño sobre su valor personal mientras sostiene un tornillo del avión… una pieza que podría simbolizar su propia insignificancia o, quizá, un acto impulsivo de venganza.

Estilo

Realismo íntimo, casi costumbrista, con un trasfondo psicológico que admite una lectura más oscura o thriller si el actor decide potenciarla. El texto permite varias capas: literal, emocional y subtextual.

Tono

Melancólico, vulnerable y amable en la superficie; con tensión interna, resentimiento reprimido y posibles destellos de peligro moral si se explora la hipótesis del sabotaje.

Nivel de dificultad

Medio–alto o alto, según la lectura. La versión “ambigua / oscura” requiere:

  • equilibrio entre humanidad y amenaza latente.
  • manejo preciso de la contención,
  • doble subtexto,
  • transiciones emocionales sutiles,
  • equilibrio entre humanidad y amenaza latente.

Edad y rango interpretativo

Ideal: 35–65 años. Debe transmitir una vida laboral larga, desgaste, orgullo profesional y cansancio vital. Si se insiste en la lectura oscura, conviene un actor capaz de proyectar vulnerabilidad y tensión a la vez.

Registros actorales que permite mostrar

  • Naturalismo y cercanía.
  • Ternura y protección (hacia el niño).
  • Dolor silencioso.
  • Orgullo herido.
  • Rabia contenida.
  • Ironía y humor melancólico.
  • Oscuridad psicológica creciente (si se elige).
  • Ambigüedad moral.
  • Capacidad para sostener un monólogo conversacional sin perder intensidad.
  • Manipulación simbólica del objeto (el tornillo) como foco emocional o moral.

Tipo de casting donde funciona mejor

  • Dramas realistas con personajes cotidianos.
  • Papeles de hombres derrotados, vulnerables, despedidos o en crisis existencial.
  • Proyectos donde se quiera mostrar complejidad moral o un “protagonista gris”.
  • Casting de thriller psicológico o personaje con posible doble fondo.
  • Cine y televisión que requieran interpretaciones sutiles y contenidas.
  • Teatro íntimo, microteatro o piezas donde la proximidad aumente el impacto.

A quién puede ser útil

  • Actores que buscan mostrar rango emocional sin grandes estallidos.
  • Intérpretes que necesiten demostrar dominio del subtexto y la ambigüedad.
  • Actores que quieran exhibir su capacidad de generar tensión desde la contención.
  • Profesionales interesados en personajes “rotos”, humanos, contradictorios.
  • Ideal para muestras, audiciones y trabajos de escuela de teatro avanzada.

Tema central

El valor personal frente a un sistema que te considera prescindible.

Temas secundarios

  • La identidad construida a través del trabajo.
  • La invisibilidad social del oficio técnico.
  • La humillación del despido.
  • La injusticia laboral.
  • El orgullo profesional.
  • La fragilidad masculina emocional.
  • El deseo de reconocimiento.
  • La venganza silenciosa (si se opta por la lectura oscura).
  • La tentación de “hacer daño” como grito de atención.

Motivación profunda del personaje

Sentirse valioso, necesario, recordado.
Francisco necesita desesperadamente recuperar una identidad que acaba de perder.
Si se adopta la lectura de sabotaje:
su motivación profunda es demostrar que, aunque lo consideren insignificante, él puede alterar el destino de un avión entero.
No para herir a nadie directamente, sino como acto impulsivo de reafirmación desesperada.

Subtexto clave

Lo que dice:
Soy una pieza insignificante.
Lo que podría estar pensando:
“Quiero que alguien vea que no lo soy.”

Lo que dice:
Siempre he hecho bien mi trabajo.
Lo que podría estar pensando:
“Hasta hoy.”

Lo que dice:
Esto es un simple tornillo.
Lo que podría estar pensando:
“Este tornillo me da poder.”

Todo su discurso al niño puede ser:

  • confesión disfrazada,
  • autojustificación,
  • intento de convencerse de que no es un monstruo,
  • o un modo de descargar tensión.

Circunstancias dadas

  • Despedido ayer, sin respeto ni agradecimiento.
  • 22 años trabajando en el mismo aeropuerto.
  • Identidad profesional totalmente ligada al trabajo.
  • Se encuentra solo en una cafetería con vista a los aviones.
  • Un niño lo observa: se convierte en su interlocutor involuntario.
  • Tiene en la mano un tornillo importante.
  • No queda claro por qué lo tiene.
  • El monólogo transcurre en un momento emocionalmente frágil e impredecible.

Propuesta física

En la versión naturalista:

  • Manipular el tornillo con delicadeza, nostalgia.
  • Miradas al avión para “escapar” emocionalmente.
  • Gestos de orgullo y luego de desplome.

En la versión ambigua:

  • Cambiar sutilmente la forma en que mira el tornillo: menos cariño, más posesión.
  • Protegerlo del campo visual del niño o de otros pasajeros.
  • Microgestos de ansiedad cuando despega un avión.
  • Breves congelamientos corporales cuando recuerda el despido, como si reviviera una humillación.
  • Mirada fija o ausente que insinúe que algo está por suceder o ya ha sucedido.

“Beat” o mapa emocional

  1. Juego ingenuo — está distraído con el tornillo (¿inocencia real o nerviosismo?).
  2. Explicación técnica — orgullo profesional, tono pedagógico.
  3. Confesión laboral — revela el despido, se fractura la voz interior.
  4. Reivindicación personal — intenta convencerse de su valor.
  5. Oscurecimiento — rabia contenida, frases que pueden tener doble sentido.
  6. Identificación con el tornillo — metáfora central; puede sonar resignada o inquietante.
  7. Mantra final — la repetición del nombre técnico se vuelve obsesiva, como descarga o justificante.

¿Se puede adaptar al género femenino?

, es plenamente adaptable.

¿Qué habría que modificar?

Los cambios serían mínimos. Habría que:

  • Ajustar el género gramatical (“mecánica de mantenimiento”).
  • Cambiar el nombre si se desea.
  • Mantener todo lo demás.

¿Cómo funcionaría interpretado por una actriz?

De maravilla, y con matices aún más potentes, especialmente en la lectura oscura:

  • La presencia de una mujer en un entorno técnico históricamente masculino añade complejidad.
  • La injusticia del despido puede sentirse aún más violenta.
  • La ambigüedad moral resulta incluso más sorprendente y disruptiva.
  • La metáfora de ser “una pieza insignificante” adquiere un eco social más profundo.

En la versión ambigua, una actriz podría ofrecer un contraste estremecedor entre:

  • ternura hacia el niño,
    y
  • posible capacidad de un acto impulsivo de venganza.

Preguntas frecuentes:

(responde Marc Egea)

¿Hay que pagar algo para utilizar este monólogo?
No.

¿Hay que pedir permiso para usar este monólogo?
No hace falta. Puedes utilizar cualquier monólogo para casting sin pedir ningún permiso.

¿Estos monólogos breves sólo pueden utilizarse en castings?
También puedes usarlos en tu videobook y/o subirlos a internet, o emplearlos como herramienta para tu entrenamiento actoral, lo que tú quieras.

¿Tengo que hacer constar la autoría del monólogo si subo un video a internet?
No hace falta, pero se agradecerá si lo haces. También puedes poner un enlace a la web, si quieres.

¿Cómo puedo saber cuándo escribes nuevos monólogos?
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