El color de los ojos

Situación tensa para Sergio. Se le ve muy serio.

SERGIO:  (evitando la mirada de ella) Sé dónde está enterrada tu hermana. (Sergio quisiera terminar la conversación ahora, pero ella le sigue interrogando con la mirada) He contestado a tu pregunta: Sí, sé dónde está enterrada tu hermana. (Haciendo un esfuerzo, la mira a la cara) ¿No es suficiente? ¿Tengo que decirte dónde?

Te voy a ser sincero –como siempre–: Me molesta tu pregunta. Me recuerda a las comprobaciones que se hacen cuando olvidas la contraseña del correo electrónico: «¿A qué colegio fuiste de pequeño?», «¿Cuál es el nombre de tu mascota?»… «¿Dónde está enterrada la hermana de tu mujer?»

(Directo) ¿A qué viene esto, Sandra? ¿Me estás poniendo a prueba? ¿Tan mal estamos? Creo que antes se preguntaba: (cerrando los ojos) “Cariño, ¿de qué color son mis ojos?” Y si fallabas (abre los ojos), la habías cagado. Me parece rarísimo que haya personas que no recuerden el color de los ojos de su pareja. Pero… si existe esa pregunta será porque eso pasa. Tus ojos son ojos azules –te lo digo aunque no me lo hayas preguntado–. Un azul intenso, vivo. Demasiado llamativos para pillarme con eso, ¿verdad?

¿Sabes? Me gusta tener esos ojos cerca, son los ojos más bonitos del mundo, pero no porque sean bonitos sino porque son los tuyos. Me gusta tenerte cerca. Recuerdo cuando me hablaste por primera vez de tu hermana. Recuerdo el día en que me contaste lo del accidente. Valoro mucho que lo hicieras porque luego he visto que es algo de lo que no te gusta hablar. También me contaste en qué cementerio está enterrada. ¿Te acuerdas? Fue el día que vinimos a vivir a esta casa. Estábamos sentados ahí. La echabas de menos y me lo contaste todo. No has olvidado ese día, y yo tampoco.

Contesto a la pregunta que  me has hecho, Sandra: Tu hermana está enterrada en el cementerio de San Carlos. En la sección C, exactamente, fila 12, número 3. (A ella le sorprende que él conozca tanto detalle) Lo recuerdo bien porque fui a llevarle flores el 1 de noviembre, por todos los santos, hace tres años, cuando tú no pudiste ir porque estabas de viaje en Chicago, ¿te acuerdas? Haz memoria. Me llamaste por la noche –en Chicago era mediodía, creo– y me pediste que le llevara flores. Me lo suplicaste. Para ti era muy importante que tu hermana tuviera flores nuevas ese día. No hacía falta que suplicaras, cariño. Salté de la cama y fui corriendo al cementerio. Doscientos kilómetros. Llegué de madrugada. Salté la verja. Recorrí el cementerio a oscuras con una linterna. Y le dejé las flores. ¿Te suena? Te llamé luego para contártelo. Tú casi habías olvidado que me habías pedido eso. Estabas tan ocupada con la feria, las reuniones, los clientes… que no pensaste más en tu hermana, ni en mí. ¿Te acuerdas..? Te supo mal, te sentiste fatal por el… “arrebato”, y a mí me encantó… porque significaba que te habías quedado tranquila, porque confiabas en mí. ¿Te acuerdas ahora? ¿Te vas acordando? Pues, sí. Resulta que sí sé dónde está enterrada tu hermana. Mírame. Mírame, por favor, no gires la cara. Se empieza haciendo ese gesto y se acaba olvidando el color de los ojos de quien tienes a tu lado…

Un monólogo íntimo, que permite mostrar vulnerabilidad auténtica y tensión emocional contenida. Su progresión desde la defensa hasta la súplica final ofrece un arco pequeño pero muy poderoso, perfecto para cámara y para demostrar verdad interpretativa.

Sinopsis

Un hombre intenta demostrar a su pareja que aún la conoce —y que aún recuerda cada detalle— mientras una pregunta aparentemente inocente abre una herida más profunda.

Estilo

Realismo emocional contemporáneo.
Lenguaje cotidiano, íntimo y confesional, con progresión emocional creciente.
Combina recuerdos, reproches y vulnerabilidad con una estructura casi circular.

Tono

Tenso, contenido, melancólico y ligeramente herido.
Oscila entre la sinceridad, la defensa y la necesidad desesperada de ser visto.
Hay un tono subterráneo de miedo a perder a la persona amada.

Nivel de dificultad

Alto, por la delicadeza emocional:

  • Exige vulnerabilidad real sin melodrama.
  • Combina ternura, dolor, reproche y memoria.
  • Requiere un manejo fino de silencios, miradas evitadas y puntos de quiebre.
  • El actor debe sostener tensión sin caer en exageración.

Edad y rango interpretativo

Ideal entre 28 y 50 años.
El personaje debe transmitir una relación madura, con historia y desgaste.
Puede funcionar con actores más jóvenes si se busca un tono distinto, pero el peso emocional es adulto.

Registros actorales que permite mostrar

  • Vulnerabilidad sincera.
  • Amor profundo mezclado con inseguridad.
  • Dolor, decepción y necesidad de aprobación.
  • Reproche suave pero cargado de emoción.
  • Recuerdo y nostalgia.
  • Implicación física contenida (evitar miradas, respiración sostenida).
  • Un pequeño arco de transformación: de la defensa nerviosa a la exposición emocional.

Tipo de casting donde funciona mejor

  • Proyectos de drama íntimo, relaciones de pareja, cine de autor o series naturalistas.
  • Personajes heridos, sensibles, que aman mucho pero no saben comunicarse.
  • Casting de escenas de ruptura, reconciliación o conversaciones de pareja.
  • Pruebas donde se quiera ver verdad, sensibilidad y control actoral.

A quién puede ser útil

  • Actores que deseen mostrar un registro emocional profundo y honesto.
  • Intérpretes que busquen material de cercanía y vulnerabilidad sin histrionismo.
  • Profesionales que quieran demostrar capacidad para escenas íntimas de pareja.
  • Ideal para reels de drama.

Tema central

El miedo a dejar de ser visto, recordado y amado por la persona a la que amas.

Temas secundarios

  • La memoria dentro de una relación.
  • El desgaste emocional en la pareja.
  • La importancia simbólica de los detalles.
  • El dolor de sentirse puesto a prueba.
  • El duelo ajeno como espacio de cuidado y también de distancia.
  • La necesidad de reconocimiento.

Motivación profunda del personaje

Demostrar que aún conoce, cuida y ama profundamente a su pareja.
Sergio teme que el vínculo esté debilitándose y que ella ya no confíe en él.
Su verdadero motor es el miedo a perderla y el deseo de reafirmar su lugar en su vida.

Subtexto clave

“Estoy asustado… y no quiero que me olvides como tú temes que yo te olvide.”
El monólogo es una súplica emocional disfrazada de explicación racional.

Circunstancias dadas

  • Conversación íntima, posiblemente después de una discusión.
  • Ella (Sandra) le ha hecho una pregunta que él vive como una prueba de amor.
  • Hay dolor acumulado por recuerdos del pasado (la muerte de su hermana).
  • Sergio lleva tiempo sintiéndose desplazado o poco valorado.
  • Él intenta evitar mirarla, lo que indica culpa, miedo o vergüenza.
  • El clima afectivo es tenso, pero no agresivo.

Propuesta física

  • Evitar la mirada durante la primera mitad: mirar al suelo, manos, objetos.
  • Cuerpo ligeramente tenso, hombros cerrados.
  • Respiración irregular en momentos de recuerdo o emoción reprimida.
  • Pequeños movimientos involuntarios (manos inquietas, dedos frotándose).
  • En el momento de la confesión emocional («Mírame, por favor»), levantar la mirada como un acto de entrega.
  • Pequeños pasos, desplazamientos mínimos que revelen incomodidad.
  • Cierre con una inmovilidad frágil que comunica vulnerabilidad.

“Beat” o mapa emocional

  1. Evitar la mirada / confesión brusca: responde lo mínimo, defensivo.
  2. Incomodidad creciente: se siente interrogado, juzgado.
  3. Primer quiebre emocional: compara la situación con una “prueba” de pareja.
  4. Declaración amorosa: describe los ojos de ella con sinceridad.
  5. Recuerdos íntimos: narra el día que ella habló de su hermana.
  6. Prueba de cariño extrema: detalle del viaje largo y las flores.
  7. Reproche suave pero dolido: ella se olvidó; él no.
  8. Petición emocional directa: “Mírame… no gires la cara.”
  9. Cierre simbólico: “Se empieza así… y se acaba olvidando el color de los ojos.”
    → Golpe final: el verdadero miedo.

¿Se puede adaptar al género femenino?

, completamente.

¿Qué habría que modificar?

  • Cambiar pronombres, nombres y referencias si se desea (Sergio → Sara, Sandra → Samuel, etc.).
  • Ajustar referencias de parentesco (“hermana de tu mujer” → “hermano de tu marido”, etc.).
  • Mantener estructura emocional intacta.
  • El contenido no pierde sentido al cambiar de género.

¿Cómo funcionaría interpretado por una actriz?

Funcionaría muy bien e incluso podría adquirir capas extra:

  • Una mujer expresando miedo a ser olvidada o desplazada puede añadir matices culturales potentes.
  • La fragilidad emocional femenina puede ofrecer una lectura más íntima y empática.
  • El tema de los cuidados (ella cuidando la memoria de la hermana fallecida) puede resonar con especial fuerza si el espectador lo asocia a roles emocionales.
  • La vulnerabilidad de pedir “mírame” adquiere una dimensión muy humana, universal.

Preguntas frecuentes:

(responde Marc Egea)

¿Hay que pagar algo para utilizar este monólogo?
No.

¿Hay que pedir permiso para usar este monólogo?
No hace falta. Puedes utilizar cualquier monólogo para casting sin pedir ningún permiso.

¿Estos monólogos breves sólo pueden utilizarse en castings?
También puedes usarlos en tu videobook y/o subirlos a internet, o emplearlos como herramienta para tu entrenamiento actoral, lo que tú quieras.

¿Tengo que hacer constar la autoría del monólogo si subo un video a internet?
No hace falta, pero se agradecerá si lo haces. También puedes poner un enlace a la web, si quieres.

¿Cómo puedo saber cuándo escribes nuevos monólogos?
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