Sofía: ¿Que yo te iba a dar un portazo ahora? Pero qué dices, estoy contentísima de que me hayas llamado por fin, no sabes la alegría que me da oírte. Déjame ver cuando podemos quedar para esa entrevista… Dices la semana que viene… Uhm… Un momento, que miro en la agenda, pongo el altavoz (consultando la agenda en el móvil): El lunes tengo promoción todo el día; el martes entrevistas por la mañana y una conferencia por la tarde; el miércoles viajo, que me han invitado a un coloquio muy bonito por la tarde –un coloquio de escritoras–, el jueves vuelvo pero es el cumpleaños de mi madre –eso es sagrado, iremos todos los hermanos a no sé qué movida que han preparado–; el viernes me ha dicho mi representante que me lo reserve entero porque seguramente se va a concretar algo gordo –ahora tengo representante, ya ves, qué cosas–, el sábado tengo sesión de fotos –fotos, sí, yo, con este careto–, y el domingo es la gala de los premios Magnus, que tengo la novela nominada, bueno, ya sabes –quién me lo iba a decir hace seis meses, que nadie la conocía, nadie me hacía puñetero caso–… No vayas a pensar ahora que no quiero quedar contigo, es que lo tengo todo lleno, ya lo ves; tu blog de libros me encanta, es muy mono, ¿cómo se llamaba? ¿”Charlando con escritoras”? ¿”Un café con escritoras”? ¿”Escritoras y un café?”, ¿”El rincón de las escritoras y el café”?…
Monólogo que combina ligereza y humor con una carga emocional soterrada. Permite a la actriz mostrar ironía fina, control expresivo y un subtexto de resentimiento elegante. Su pasivo-agresividad dulce y su ritmo natural lo convierten en un texto útil para demostrar matices en poco tiempo, sin perder frescura ni verdad.
Sinopsis
Una escritora rechaza con una sonrisa —y aparente amabilidad— la entrevista que meses atrás le suplicó a una bloguera que no la apoyó. Una venganza elegante disfrazada de educación.
Estilo
Realismo contemporáneo con tinte humorístico y ritmo naturalista. Lenguaje cotidiano, cercano y fluido. Combina ligereza superficial con un subtexto cargado de resentimiento.
Tono
Cordial en apariencia, irónico en esencia. Ligero, simpático, casi risueño… pero afilado. Una amabilidad que duele: un “portazo suave”, calculado y muy elegante. Tono de dulce pasivo-agresividad.
Nivel de dificultad
Medio–alto, aunque el texto es breve:
Requiere equilibrio entre simpatía exterior y venganza interior.
Control vocal y ritmo ligero: naturalidad en la comedia fina.
Tipo de casting donde funciona mejor
Comedia dramática o comedia naturalista.
Series o películas con personajes contemporáneos, profesionales creativas, influencers, periodistas, escritoras, etc.
Escenas donde se quiera ver ironía elegante o pasivo-agresividad con encanto.
Proyectos que exploren rivalidad, ascenso profesional o dinámicas de reconocimiento.
A quién puede ser útil
Actrices que quieran mostrar timing cómico sin caer en caricatura.
Intérpretes que necesiten un monólogo con doble capa emocional.
Actrices que busquen enseñar ironía, control y vulnerabilidad encubierta.
Ideal para reels de comedia ligera o drama contemporáneo.
Tema central
La venganza emocional disfrazada de cortesía.
Temas secundarios
El precio del éxito súbito.
La invisibilidad y el rechazo previo.
El rencor acumulado por la falta de apoyo.
El poder de la palabra amable usada como arma.
La fragilidad del ego en el mundo creativo.
La necesidad de reconocimiento.
Motivación profunda del personaje
Recuperar la dignidad que sintió perdida. Sofía no quiere simplemente rechazar la entrevista: quiere mostrar, con elegancia, que ya no la necesita. Está saldando una herida: ser ignorada cuando más vulnerable estaba.
Subtexto clave
“Ahora que soy alguien… tú ya no me haces falta.” O incluso más punzante: “¿Ves? Yo sí me acuerdo de ti, pero tú llegas tarde.”
Circunstancias dadas
Sofía recibió un rechazo amable pero humillante seis meses atrás cuando una bloguera (de un blog literario muy minoritario) rechazó entrevistarla por su primera novela, recién autopublicada.
Ese rechazo ocurrió en su peor momento: sola, autopublicada y desesperada.
Ahora, su éxito literario es explosivo, reciente, aún sorprendente incluso para ella.
Ángeles, la bloguera, quiere la entrevista ahora que Sofía “vale algo”.
Sofía contesta por teléfono, desde una posición de superioridad recién estrenada.
La actriz debe recordar que Sofía todavía tiene algo de inseguridad: triunfa, pero la herida sigue viva.
Propuesta física
Sonrisa permanente, incluso cuando el contenido es hiriente.
Tono cálido, casi infantil, que contrasta con la intención.
Movimientos aparentemente relajados: caminar, hojear agenda, gesticular suave.
Ojos brillantes, casi con cierto entusiasmo falso.
Pausas estratégicas cuando recuerda lo que sufrió (“quién me lo iba a decir hace seis meses…”).
La risa debe sonar natural, pero con filo.
Sostener el móvil como si fuera una barrera emocional o un escudo.
Pequeños toques de coquetería involuntaria de quien se siente por fin validada.
“Beat” o mapa emocional
Negación amable del portazo: empieza cálida, casi exageradamente simpática.
Falsa alegría genuina: “no sabes la alegría que me da oírte.”
Agenda imposible: muestra, con humor, lo llena que está… disfrutando cada salto de estatus.
Recordatorio de su éxito: deja caer logros con aparente humildad (“yo, fotos, con este careto…”).
Reaparición del resentimiento: pequeñas frases que revelan dolor: “que nadie me hacía caso”.
Golpe final disfrazado de duda inocente: burla involuntaria del nombre del blog (“¿cómo se llamaba?”). → Cierra con elegancia cruel: la venganza perfecta sin necesidad de elevar la voz.
Sensación para el espectador
El monólogo busca que el espectador entre sin esfuerzo, casi confiado, y que al escuchar se dé cuenta de que algo no encaja. Que reconozca una forma muy común de hablar para esquivar, para no parar, para no mirar de frente. Al final no hay explosión ni reproche, solo la sensación clara de que se ha cerrado una puerta.
¿Se puede adaptar al género masculino?
Sí, totalmente. El monólogo no depende del género: depende del ego herido y del éxito repentino.
¿Qué habría que modificar?
Cambiar nombres (Sofía → Sofío, Sergio, Samuel…).
Reajustar referencias a pronombres.
Mantener exactamente el tono y la ironía.
Si se quiere, cambiar “coloquio de escritoras” según convenga.
¿Cómo funcionaría interpretado por un actor?
Muy bien, pero con matices distintos:
Un hombre mostrando herida por invisibilización puede generar un contraste más irónico todavía.
El resentimiento masculino puede leerse como orgullo dañado, ofreciendo otra capa cómica.
El tono pasivo-agresivo puede funcionar igual, aunque quizá menos dulce y más seco según la interpretación.
La sensación de “éxito tardío” puede resultar muy potente en un actor que sepa jugar la mezcla entre vulnerabilidad pasada y arrogancia recién adquirida.
Preguntas frecuentes:
(responde Marc Egea)
¿Hay que pagar algo para utilizar este monólogo?
No.
¿Hay que pedir permiso para usar este monólogo?
No hace falta. Puedes utilizar cualquier monólogo para casting sin pedir ningún permiso.
¿Estos monólogos breves sólo pueden utilizarse en castings?
También puedes usarlos en tu videobook y/o subirlos a internet, o emplearlos como herramienta para tu entrenamiento actoral, lo que tú quieras.
¿Tengo que hacer constar la autoría del monólogo si subo un video a internet?
No hace falta, pero se agradecerá si lo haces. También puedes poner un enlace a la web, si quieres.
¿Cómo puedo saber cuándo escribes nuevos monólogos?
Aviso en Instagram cada vez que publico un nuevo monólogo para casting.