Primeras impresiones

Leticia es muy habladora. Demasiado. Está en una entrevista de trabajo –más o menos informal– para ver si se puede incorporar como camarera en un bar de copas.

Leticia:  ¿Ricardo? Uh, Ricardo… Claro que sé quién es. Lo conocí en Playamar –no he vuelto a ir a Playamar, por cierto, y mira que me dio fuerte con Playamar al principio; la primera vez que fui, me encantó: las playas de arena fina, el agua cristalina, los bares… me enamoró, ¿verdad que es bonito Playamar?; luego seguí yendo y, tal como iba, ya, mmm (ya no le gusta tanto)… un día, me atracaron cuando paseaba por la calle, en Playamar, y no he vuelto a ir nunca más–. ¿Ricardo, me decías? Pues claro que sé quién es Ricardo. Qué casualidad. Ricardo. Acabó mal, ¿no? Mira, te voy a decir algo. Cuando lo vi por primera vez, me enamoró –así como te lo digo–, me enamoró. Qué carácter, qué personalidad. Es de esas personas que desprenden carisma, que podrían arrastrarte hasta el fin del mundo. Cuando lo vi por segunda vez, ya no fue para tanto. Cuando le vi por tercera vez pensé: “Pues vaya un tío más imbécil”, ¿verdad? En fin… La gente es imprevisible, la vida es imprevisible. Ahora no sé si estoy hablando demasiado. Es que, ¿sabes qué pasa?: Inspiras confianza. Sí. Eres de esas personas que en el primer minuto parece un viejo amigo, ¿sabes? Tienes un carácter, una personalidad… (le encanta) ¿no te lo habían dicho nunca? (Mira a su alrededor) Y este bar también me ha encantado, no lo conocía pero, me encanta, me veo trabajando aquí muchos años. (Termina) Bueno, pues nada. Si estás interesado en mí, soy una buena camarera, (señalando el currículum), ahí tienes mi teléfono (sonríe)

Es un monólogo que permite lucir naturalidad, ritmo y matices emocionales sin perder el tono ligero. Ofrece humor, humanidad y un arco interno breve pero reconocible, lo que facilita que la actriz conecte rápidamente con el público.

Sinopsis

En una entrevista de trabajo, Leticia habla sin freno y deja entrever más de sí misma de lo que pretendía, provocando una mezcla divertida de autenticidad y torpeza.

Estilo

Naturalista, coloquial, ágil, con apariencia de improvisación y ritmo conversacional. Combina humor costumbrista con matices emocionales.

Tono

Cercano, espontáneo y ligeramente caótico, con capas de humor y un trasfondo de inseguridad.

Nivel de dificultad

Medio: requiere control del ritmo verbal, escucha activa imaginaria, matices emocionales, comedia sincera y fluidez técnica para que parezca improvisado sin perder precisión.

Edad y rango interpretativo

Personaje idealmente entre 25 y 40 años, aunque puede ampliarse a un rango más amplio si se conserva la energía impulsiva, la verborrea nerviosa y la espontaneidad.

Registros actorales que permite mostrar

  • Naturalismo y comedia cotidiana
  • Nerviosismo controlado
  • Seducción involuntaria / simpatía
  • Cambios emocionales repentinos
  • Vulnerabilidad que se filtra entre líneas
  • Energía y ritmo verbal
  • Escucha imaginaria (interlocutor no presente)
  • Ironía suave
  • Contrastes entre entusiasmo y desengaño

Tipo de casting donde funciona mejor

  • Casting para comedia naturalista
  • Casting para personajes cercanos al realismo televisivo
  • Casting para cine/TV con tono costumbrista o dramedia
  • Casting teatral para personajes frescos, verborreicos o excéntricos
  • Casting para roles de “chica espontánea” o “mujer aparentemente segura que esconde grietas”

A quién puede ser útil

  • Actrices que buscan mostrar espontaneidad y frescura
  • Intérpretes que desean enseñar capacidad de improvisación aparente
  • Actrices que necesiten evidenciar control del ritmo y la comedia
  • Estudiantes de interpretación para practicar impulso, verbo y escucha interna

Tema central

La contradicción entre lo que queremos parecer y lo que realmente mostramos cuando el nerviosismo nos delata.

Temas secundarios

  • La autoimagen y la inseguridad
  • Las primeras impresiones y sus engaños
  • El deseo de agradar
  • La impulsividad emocional
  • La idealización y caída de expectativas
  • La confianza depositada en extraños

Motivación profunda del personaje

Leticia quiere gustar y ser aceptada, necesita que la vean competente y encantadora; al mismo tiempo teme no ser suficiente y su verborrea es su mecanismo de defensa para llenar silencios y evitar revelar dudas personales.

Subtexto clave

“Necesito este trabajo y necesito que pienses bien de mí, aunque no sé cómo controlar lo que digo.”
El subtexto oscila entre la seducción emocional (“inspiras confianza”) y una sensación de autojustificación (“¿estoy hablando demasiado?”).

Circunstancias dadas

  • Entrevista de trabajo en un bar de copas
  • Interlocutor con apariencia de ser amable o accesible
  • Leticia llega con nervios y ganas de impresionar
  • Menciona una experiencia traumática reciente (atraco)
  • Habla de un tal Ricardo, sobre el que ha cambiado de opinión varias veces
  • Quiere demostrar entusiasmo por el lugar y por el puesto
  • Finaliza ofreciendo su currículum y número de teléfono

Propuesta física

  • Gestualidad activa, manos que acompañan la palabra
  • Pequeños pasos o desplazamientos cortos, impulsivos
  • Miradas rápidas alrededor del bar, exploratorias
  • Sutiles cambios corporales según la emoción (entusiasmo → apertura; inseguridad → encogimiento)
  • Risas nerviosas o sonrisas que tapan vergüenza
  • “Aceleración” corporal en los momentos de verborrea

“Beat” o mapa emocional

  1. Presentación confiada → comienza segura, conversacional.
  2. Primer desvío emocional → recuerda Playamar, mezcla entusiasmo y disgusto.
  3. Apertura personal → menciona el atraco; un breve bajón emocional.
  4. Ascenso humorístico-crítico → habla de Ricardo y alterna fascinación con decepción.
  5. Inseguridad consciente → “¿Estoy hablando demasiado?”
  6. Proyección positiva hacia el entrevistador → idealiza su “confianza” y “carácter”.
  7. Cierre profesional forzado → intenta recuperar tono formal, con sonrisa y currículum.
Sensación para el espectador

El monólogo busca que el espectador simpatice con el personaje y termine reconociendo esa torpeza tan humana de hablar de más cuando quieres gustar.

¿Se puede adaptar al género masculino?

, se puede adaptar sin afectar al sentido dramático.

¿Qué habría que modificar?

Cambios mínimos:

  • Cambiar el nombre del personaje.
  • Ajustar algunos tratamientos (“camarera” → “camarero”).
  • Mantener el tono espontáneo, pero permitir que el actor lo coloree con su energía personal.

¿Cómo funcionaría interpretado por un actor?

Sería igualmente eficaz: el humor surge de la contradicción interna, no del género. En un intérprete masculino podría destacar un registro de torpeza encantadora, inseguridad disfrazada de simpatía y un toque de vulnerabilidad inesperada. El monólogo mantiene su frescura y naturalidad con independencia del sexo del personaje.

Preguntas frecuentes:

(responde Marc Egea)

¿Hay que pagar algo para utilizar este monólogo?
No.

¿Hay que pedir permiso para usar este monólogo?
No hace falta. Puedes utilizar cualquier monólogo para casting sin pedir ningún permiso.

¿Estos monólogos breves sólo pueden utilizarse en castings?
También puedes usarlos en tu videobook y/o subirlos a internet, o emplearlos como herramienta para tu entrenamiento actoral, lo que tú quieras.

¿Tengo que hacer constar la autoría del monólogo si subo un video a internet?
No hace falta, pero se agradecerá si lo haces. También puedes poner un enlace a la web, si quieres.

¿Cómo puedo saber cuándo escribes nuevos monólogos?
Aviso en Instagram cada vez que publico un nuevo monólogo para casting.