Elsa: O sea, que tú le dices que tienes una contractura en la espalda y él te empieza masajeando la espalda pero a los diez minutos sus dedos se van por los lados y acaba masajeándote esta parte de aquí donde empieza el pecho… Que luego acerca sus labios a tu nuca y dice que lo hace para aplicar calor… Que no deja de repetirte lo guapa que eres y te acaba proponiendo ir a su casa para hacerte un masaje en una camilla especial que tiene allí… Chica, yo creo que no hay duda. Y, mira, te diré algo: hace un tiempo, tú me vienes con esto y te hubiera dicho: “¡Pero qué haces tía, te has vuelto loca, que estás casada y él también!” Ahora, en cambio te digo: “¡A-de-lan-te!”. No vayas a pensar que no estoy bien con Jorge. Soy feliz: Jorge me quiere mucho, adoro a mis dos hijos y mi vida es maravillosa. Sólo que a veces voy un poco estresada: los niños, el trabajo, el inglés, el gimnasio, la casa, el baloncesto de los niños, mis padres, mis suegros… Me gusta mucho mi vida, soy muy feliz, pero estoy empezando a tener un poco de estrés y creo que me está afectando al sueño, a veces tengo como mareos, creo que se me agarrotan los músculos, que se me hacen como contracturas en la espalda, creo que… Voy a necesitar que me descontracturen…
Monólogo ágil, cercano y lleno de contradicciones internas. Permite a la actriz hacer reír mientras deja entrever grietas emocionales profundas, posibilitando una interpretación rica y accesible. Combina ligereza superficial con un trasfondo melancólico que lo vuelve muy humano.
Sinopsis
Elsa, siempre defensora de la fidelidad, anima ahora a su amiga a dejarse tentar… mientras descubre que quizá es ella quien necesita “descontracturarse” más de lo que admite.
Estilo
Natural, espontáneo, conversacional. La pieza parece una charla entre amigas, con ritmo ligero y humor cotidiano. Sin embargo, está llena de fisuras emocionales: negación, contradicciones, autojustificaciones y un trasfondo melancólico que asoma en pequeños detalles.
Tono
Distendido, divertido, cercano, casi confidente. Bajo esa capa cómica, el tono real es frágil, resignado y ligeramente triste. Elsa quiere aliviar su culpa y disfrazar su crisis matrimonial con humor.
Nivel de dificultad
Medio. La dificultad está en encontrar la dualidad humor + tristeza sin caer ni en la farsa ni en el melodrama. Requiere precisión en el ritmo cómico y sutileza en el subtexto.
Edad y rango interpretativo
Ideal: 35–50 años Ampliado: 30–55, según el perfil de familia y estilo del casting.
Registros actorales que permite mostrar
Humor ligero y cotidiano
Ironía suave
Autoengaño
Culpa y contradicción interna
Agotamiento emocional
Vulnerabilidad oculta
Energía amistosa y complicidad
Tensiones corporales y verbales (coherentes con las “contracturas”)
Creciente desestabilización emocional bajo un tono alegre
Tipo de casting donde funciona mejor
Dramedia contemporánea
Series o películas con personajes realistas y cotidianos
Papeles de madres, mujeres trabajadoras o personajes con vidas saturadas
Roles que requieren simplicidad aparente con complejidad interna
Escenas de humor con trasfondo emocional
Casting donde se busque naturalidad y verdad escénica
A quién puede ser útil
Actrices que quieran demostrar humor con profundidad emocional
Actrices de perfil naturalista
Mujeres que buscan un monólogo contemporáneo, cercano y fácil de relacionar
Intérpretes interesadas en trabajar subtexto y negación emocional
Actrices que quieran mostrar una progresión de calma → agobio → revelación
Tema central
El autoengaño ante la crisis emocional y matrimonial.
Temas secundarios
La infidelidad como tentación y como síntoma
La carga mental en la vida cotidiana
La saturación de responsabilidades
El desgaste del matrimonio
La contradicción entre principios y deseos
La amistad como refugio y espejo
La negación del propio malestar
La necesidad de evasión emocional o física
Motivación profunda del personaje
Elsa quiere confesar que su matrimonio ya no funciona, pero no puede hacerlo abiertamente porque contradice sus propios valores tradicionales. Por eso proyecta esa liberación en su amiga: si ella puede “permitirse” una infidelidad, entonces Elsa también podría hacerlo sin sentirse tan culpable. El humor y el tono distendido son su escudo.
Subtexto clave
Mientras dice: “Soy muy feliz, mi vida es maravillosa…” el subtexto real es: “Estoy ahogada, mi matrimonio se desmorona y necesito un escape.”
La frase final —“voy a necesitar que me descontracturen”— es una metáfora de su necesidad de liberación emocional y sexual.
Circunstancias dadas
Elsa es una mujer tradicional, defensora de la fidelidad y el matrimonio.
Su amiga está siendo tentada por su fisioterapeuta.
Elsa, en vez de reprocharlo, la anima.
Su propio matrimonio atraviesa una crisis de desgaste.
Elsa se siente saturada por la vida: hijos, trabajo, familia, responsabilidades.
No puede admitir su infelicidad, así que la disfraza de estrés físico (“contracturas”).
Usa el humor para no enfrentarse a su dolor real.
El monólogo es una conversación íntima y sin testigos.
Propuesta física
Gestos nerviosos suaves al hablar de su matrimonio: manos inquietas, pequeños ajustes en la ropa.
Risas cortas que suenen como válvulas de escape.
Tensión leve en hombros y cuello, coherente con las “contracturas”.
Movimientos algo acelerados, propios de alguien saturado.
Pequeños suspiros, casi involuntarios, que delatan cansancio.
Mirada cómplice al hablar del fisio, como compartiendo un secreto.
Una caída emocional mínima hacia el final, aunque inmediatamente enmascarada con humor.
“Beat” o mapa emocional
Curiosidad picante / complicidad Elsa analiza y comenta la situación con tono juguetón.
Confirmación de la infidelidad ajena Se divierte señalando lo evidente: “no hay duda”.
Confesión indirecta / Cambio de valores Admite, sorprendida, que antes habría condenado esto… pero ahora dice “adelante”.
Autojustificación moral Intenta mantener la fachada: “No vayas a pensar que no estoy bien con Jorge”.
Enumeración agotadora Lista de tareas y responsabilidades → ritmo progresivamente acelerado.
Asomo de la crisis real El humor disminuye; empiezan las palabras “estrés”, “mareos”, “agarrotamiento”.
Revelación disfrazada de broma “Voy a necesitar que me descontracturen” → el deseo oculto aparece camuflado.
Sensación para el espectador
El monólogo busca que el espectador simpatice con el personaje y, casi sin darse cuenta, detecte cómo una vida aparentemente ordenada empieza a resquebrajarse
¿Se puede adaptar al género masculino?
Sí, es totalmente adaptable.
¿Qué habría que modificar?
Cambiar Elsa por un nombre masculino (Els o Elias, por ejemplo) o por otro cualquiera.
Ajustar las referencias familiares: “Jorge” → nombre femenino o neutro.
Adaptar la lista de responsabilidades para que encajen con un perfil masculino si se desea (aunque podría dejarse tal cual).
Mantener el humor y el autoengaño, que son universales.
¿Cómo funcionaría interpretado por un actor?
Aporta una lectura interesante sobre la presión masculina por “mantener la compostura” y no admitir crisis emocionales.
Podría sonar incluso más irónico: un hombre animando a otro/a a ser infiel mientras es incapaz de verbalizar su propio fracaso sentimental.
El subtexto de tensión física (“contracturas”) funcionaría igual de bien o incluso mejor como metáfora de estrés reprimido.
El contraste entre tono cómico y dolor emocional podría volverse más evidente y más potente.
Preguntas frecuentes:
(responde Marc Egea)
¿Hay que pagar algo para utilizar este monólogo?
No.
¿Hay que pedir permiso para usar este monólogo?
No hace falta. Puedes utilizar cualquier monólogo para casting sin pedir ningún permiso.
¿Estos monólogos breves sólo pueden utilizarse en castings?
También puedes usarlos en tu videobook y/o subirlos a internet, o emplearlos como herramienta para tu entrenamiento actoral, lo que tú quieras.
¿Tengo que hacer constar la autoría del monólogo si subo un video a internet?
No hace falta, pero se agradecerá si lo haces. También puedes poner un enlace a la web, si quieres.
¿Cómo puedo saber cuándo escribes nuevos monólogos?
Aviso en Instagram cada vez que publico un nuevo monólogo para casting.