dramaturgo y guionista
Arturo: El otro día me vino Álex y me dijo: “Papá, voy ser gamer” –‘gamer’ significa que te dedicas a jugar a los juegos esos que juega Álex, profesionalmente, como trabajo-. Qué locura, verdad. Y qué le iba a decir. Yo de niño quería ser futbolista. Y, ¿sabes? Yo era bueno jugando a fútbol, muy bueno, el mejor de mi barrio. Y los futbolistas ganaban mucho dinero (recordando) ¿cómo no iba a querer ser futbolista? Mi padre era mucho de “Persigue tus sueños”, como tú. Así que un día me llevó a probar con unos chavales de la ciudad, federados. Buh. No vi ni una. Dios mío, qué buenos eran aquellos tíos. O qué malo era yo. Malo no, mediocre. Vamos, se me quitó la idea de ser futbolista. Pero, joder (nostálgico), aquellos años que jugué en mi barrio a fútbol qué bien lo pasé… imaginando. En eso consiste ser niño, ¿no?
Así que le dije a Álex, “Venga, echemos una partida” –(para sí) «Persigue tus sueños, persigue tus sueños»-. Y me puso uno de esos juegos suyos. ¿Sabías que Álex es bueno? Muuy bueno. Según un ranking que me enseñó, es el jugador número 21 del país. Como lo oyes. Nuestro Álex. Bueno, pues, resulta que… Le gané. Inmediatamente dijo: “Otra, papá”. Y le volví a ganar. A la quinta partida lo dejé a cero (sorprendido, admirado de sí mismo). Así que estos días, no sé, he estado probando, he jugado algunas partidas online cuando no estabas en casa y… (asintiendo): Amor, lo he decido: he dejado el trabajo: voy a ser gamer.
Indicaciones:
Este monólogo quiere ser más tierno que cómico, un monólogo simpático. Arturo ha recuperado al niño que lleva dentro… a costa de haber deprimido a su hijo y probablemente a su mujer. Pero bueno, en eso consiste ser niño, ¿no?
Parece que vaya a ser una demostración de responsabilidad por parte de Arturo cuando acaba siendo más bien lo contrario.