dramaturgo y guionista
MIGUEL: Es cierto que el pasado 22 de noviembre descubrí una brecha en el sistema de seguridad de Adelca Suministros y no dije nada. Es cierto. ¿Cuál es el crimen? ¿Callar? ¿Tenía que haberles avisado? Hoy ya no existe esa brecha. También es cierto, por ejemplo, que un mes antes, el 22 de octubre, a las cuatro de la tarde, observé que la “secretaria de presidencia” tenía una larga carrera en la media… y no dije nada. ¿Tenía que haberla avisado? Al día siguiente vino a trabajar con unas medias perfectas.
Señores, si lo que están haciendo es acusarme de la desaparición “mágica” de esos cinco millones sólo porque soy el responsable de informática de esta empresa, entonces aprovecharé para introducirles una idea revolucionaria en el disco duro de sus cabezas: La informática no es algo exclusivo de los informáticos. Todos utilizamos ordenadores en Adelca Suministros: los del departamento de compras, los del departamento de ventas, los chicos del almacén, los operarios de montaje, los encargados de envíos… el camarero de la cafetería de abajo utiliza un ordenador para anotar y servir los pedidos. Incluso los trabajadores de la limpieza llevan un diario informatizado de sus labores. Todo en esta empresa está informatizado: las cámaras de seguridad, el aire acondicionado, la luz, las persianas, las cámaras de seguridad, los humidificadores, las cámaras de seguridad… Fui contratado hace cinco años con el objetivo de dotar a esta empresa de unos altos niveles de modernidad. Y estoy orgulloso del trabajo que he hecho hasta el momento. He sido meticuloso y exigente, sobrepasando con mucho lo que ustedes me pidieron… y aquello por lo que me han pagado. Y les diré algo más: puede que, movido por ese casi enfermizo celo profesional que me llevó a detectar –como ustedes han observado- una minúscula brecha de seguridad en el flujo de transacciones bancarias, quizá, accidentalmente, pude ver también cómo se abría otra brecha, en un tejido de licra -concretamente-, por culpa del forcejeo torpe de un sexagenario cuyo despacho tiene unas vistas magníficas a esta ciudad que tanto lo respeta y admira. Pude eliminar el riesgo que suponía aquella brecha de seguridad y, de algún modo, creo que también podría eliminar el de ésta otra. Es una habilidad al alcance de un informático experto -ésta sí: ni de un operario de ventas, ni de un mozo de almacén, ni de un camarero, ni de un trabajador de la limpieza: sólo de un técnico muy experto- que conozca tan perfectamente la configuración informática de esta empresa como si la hubiera diseñado. Si ustedes quieren, en menos de una hora, habrán sido borradas todas las imágenes captadas estos dos últimos meses. Incluídas éstas. Cuando digo “éstas” me refiero a las que está grabando esa cámara de seguridad de ahí, una cámara de alta resolución con sensor CCD Super Had, equipada con micrófono, por supuesto. Adelca Suministros tiene los más altos niveles de modernidad, esa ha sido mi preocupación estos cinco años. Y lo seguirá siendo. ¿Verdad que sí?