dramaturgo y guionista
El vecino de Javier es músico, un músico profesional. Un músico muy bueno. Anoche, ese músico -vecino de Javier- llevó a cabo la mejor actuación de su vida. Javier, que estuvo entre los espectadores del concierto -porque nunca se pierde un concierto de su vecino- disfrutó extraordinariamente. Por desgracia, Javier no tuvo ocasión de felicitar a su vecino al término de la actuación, así que esta mañana, al salir de casa, le ha dejado una nota pegada a la puerta de su piso. Una nota original, sincera, emotiva. Ocurre sin embargo que, al salir a la calle, Javier ve venir por la acera a su vecino músico, con una barra de pan debajo del brazo.
El encuentro es inevitable porque ya han hecho contacto visual. ¿Qué debe hacer Javier cuando se den alcance? ¿Debe felicitar a su vecino músico de palabra, repitiendo así el mensaje que éste encontrará dentro de unos segundos en la puerta de su casa? ¿O tiene que callar para que su vecino reciba el impacto de la nota de felicitación, aun a riesgo de parecer un desconsiderado en el momento del encuentro por no hacer ninguna mención del concierto de la noche anterior?
Creo que el escritor vocacional es el tipo de persona que suele decantarse por la segunda opción…